Si hacía falta más evidencia para comprobar el carácter antiobrero de las organizaciones que se hacen llamar sindicatos en Estados Unidos, el Teamsters (Camioneros) acaba de proveerla.
El viernes en la tarde, después de que los trabajadores de United Parcel Service (UPS) votaran en contra del nuevo contrato proempresarial empujado por el Teamsters, el sindicato anunció que igualmente estaría ratificando el convenio de cinco años, el cual cubre a un cuarto de millón de trabajadores de almacén y conductores. La razón, según el Teamsters, es una clausula poco conocida y antidemocrática en la constitución del sindicato que estipula que si menos de la mitad de los miembros vota (la participación oficial fue de 44 por ciento), entones dos terceras partes debían votar en contra para rechazar el contrato.
Independientemente de la explicación conveniente que utilicen, el hecho innegable es que las bases votaron en contra del contrato y el sindicato Teamsters está ignorando su voto despóticamente e imponiéndolo de todos modos. Esta acción define por sí sola a esta organización como una herramienta de la patronal y como un enemigo de los trabajadores.
Tan pronto anunció el acuerdo en julio del año pasado, el Teamsters despachó a sus oficiales a intimidar a los trabajadores, amenazándolos con la pérdida de beneficios médicos e incluso menores salarios si rechazaban el acuerdo y se iban a huelga. Los trabajadores habían votado por un margen de 93 por ciento a favor de autorizar una huelga cuando el contrato viejo expiró el 31 de julio.
Los trabajadores se sienten justificablemente escépticos sobre los resultados de la votación y de participación que presenta el sindicato. Muchos creen que participó más que el 44 por ciento y que el “no” fue mayor al 54 por ciento reportado.
Hay un enojo y un disgusto generalizados. Los trabajadores tienen la voluntad para luchar contra la conspiración de la empresa y el sindicato. Y se debe librar tal lucha. Pero es requiere que los trabajadores establezcan nuevas organizaciones, sus propias organizaciones, organizaciones que controlen democráticamente y que puedan utilizar para ganar apoyo y preparar una huelga nacional, a fin de rechazar este acuerdo, conseguir un respaldo y la capacidad de organizar acciones conjuntas con trabajadores de todo el país y el resto del mundo.
El World Socialist Web Site, el Partido Socialista por la Igualdad y el Boletín de Trabajadores de UPS del WSWS proponen que los trabajadores de UPS formen comités de base en las plantas y todos los centros de trabajo que sean completamente independientes del sindicato, el cual es controlado por la compañía.
Las cuestiones que enfrentan los trabajadores de UPS son universales. El voto en contra del contrato de UPS, que coincidió con el rechazó de los convenios apoyados por el Teamsters para los trabajadores y mecánicos de UPS Freight en su flota de aviones de carga en Louisville, Kentucky, es además parte de un aumento en la oposición de la clase obrera por todo EUA e internacionalmente.
Los trabajadores de hoteles están realizando huelgas en Chicago, Boston, San Francisco y Detroit. Los trabajadores siderúrgicos en el país y los maestros de Los Ángeles han votado contundentemente a favor de hacer huelga. Una ola de huelgas docentes más temprano este año fue seguida por huelgas de maestros en el estado de Washington el mes pasado y votos de autorización de huelga en distintas partes del país. Los trabajadores de Amazon, las plantas automotrices, el sector de salud y el de servicios en general están buscando cómo luchar contra sus salarios de pobreza y ataques contra sus prestaciones y condiciones laborales, incluyendo las de seguridad.
En semanas recientes, más allá de las fronteras de Estados Unidos, los pilotos y tripulantes de Ryanair han iniciado huelgas en seis países europeos, los trabajadores en Argentina realizaron un paro contra las políticas de austeridad del FMI y han estallado huelgas y protestas en África, Asia y Australia.
En cada caso, los trabajadores no solo se enfrentan a las empresas, sino que también a los sindicatos, controlados por la patronal. Los sindicatos docentes aislaron las luchas en distintas ciudades y estados, imponiendo acuerdos que no incluían las demandas de los maestros. El sindicato automotor United Auto Workers (UAW) se ha visto expuesto por aceptar millones de dólares en sobornos a cambio de aplicar a la fuerza convenios favorables a las empresas. El sindicato UNITE HERE está haciendo todo lo posible para enfrenta a los trabajadores hoteleros unos contra otros y así prevenir una lucha unificada. El sindicato del sector siderúrgico United Steelworkers (USW) está ignorando varias votaciones a favor de huelgas para imponer nuevos contratos entreguistas.
Durante las últimas cuatro décadas, los sindicatos se han dedicado a suprimir sistemáticamente cualquier oposición a la contrarrevolución social llevada a cabo por la burguesía estadounidense. Ante niveles históricos de desigualdad social, el número de paros o huelgas significativos el año pasado fue el más bajo desde 1947, cuando se comenzó a registrar esta cifra.
Dentro y en la órbita del aparato sindical, hay muchas organizaciones y grupos que insisten en que los trabajadores deben aceptar el dominio organizacional de estos sindicatos empresariales. El papel de estos grupos se vio reflejado en la respuesta a lo ocurrido el viernes en UPS por parte del Teamsters for a Democratic Union (TDU; Camioneros por un sindicato unificado) y Teamsters United (TU; Camioneros unidos).
Durante los últimos tres meses, el TDU y el TU avanzaron la mentira de que un resultado en contra del contrato convencería a la cúpula sindical encabezada por James P. Hoffa a negociar un nuevo acuerdo. Ahora que el Teamsters intenta su maniobra antidemocrática, el TDU y el TU insisten en que los trabajadores deben aceptar su autoridad. En una declaración repugnante, oficiales del TDU urgieron a los trabajadores a firmar una petición llamando a una reunión de emergencia de la Junta Ejecutiva General para “resolver la crisis” y para que Hoffa reemplace al negociador en jefe y “regrese a la mesa de negociación y ordene un voto de convenio una vez que se realice una nueva oferta”.
La última cosa que quieren es la preparación de una huelga y una lucha auténtica contra la empresa y el sindicato patronal.
Nos oponemos a este engaño y a esta futilidad. En cambio, urgimos a los trabajadores a formar comités de base en cada planta de UPS para discutir e implementar un programa de acción. Los trabajadores deben declarar que el contrato es ilegítimo, nulo y sin efecto. Los comités independientes lucharán por conseguir el apoyo a una huelga nacional para frenar las operaciones de UPS hasta que las demandas de los trabajadores—eliminar el nuevo esquema de conductores híbridos, convertir los puestos en tiempo parcial de quien lo desee a tiempo completo con remuneraciones y beneficios plenos y un aumento salarial sustancial y garantizado—.
La iniciativa de comités de base debe expandirse más allá de UPS y hacia todas las secciones de la clase obrera. Solo la construcción de comités en las fábricas y cada lugar de trabajo que estén controlados democráticamente por y rindan cuentas a las bases obreras podrán desafiar la dictadura que ejercen las empresas en cada planta con la complicidad de los sindicatos. Estos comités deben asumir las responsabilidades abandonadas desde hace mucho en los sindicatos, incluyendo atender los agravios de los trabajadores, oponerse a la victimización de los trabajadores militantes, poner fin a las aceleraciones de los ritmos de trabajo y las condiciones inseguras y luchar por la democracia industrial.
Estas nuevas organizaciones de lucha conectarán a cada sección de trabajadores en EUA e internacionalmente en una lucha conjunta contra las décadas de erosión en sus niveles de vida y condiciones laborales y la inmensa transferencia de riqueza de los trabajadores a los milmillonarios presidida tanto por Gobiernos demócratas como republicanos.
Esta no es una lucha contra un solo empleador o un sindicato. Esta es una lucha contra todo el sistema capitalista, el cual subordina las necesidades de la sociedad al enriquecimiento de la élite empresarial y financiera. Es por esto que una ofensiva de la clase obrera debe basarse en una nueva estrategia política: la lucha por la transformación socialista de empresas como UPS y Amazon en entidades públicas, de propiedad colectiva y bajo el control democrático de la propia clase trabajadora.
(Publicado originalmente en inglés el 8 de octubre de 2018)