Del 1 al 8 de agosto, 1.300 delegados de los Socialistas Democráticos de EE.UU. (DSA, por sus siglas en inglés) se reunirán en línea para la convención bianual de la organización. El DSA se presenta como un movimiento de izquierda en crecimiento cuyo objetivo es “ganar un mundo organizado y gobernado por y para la gran mayoría, la clase obrera”, según un proyecto de plataforma política que se discutirá en la convención. Constituye una facción del Partido Demócrata encabezado por operadores del Partido Demócrata encargados de bloquear la oposición a la marcha de toda la élite política hacia la derecha.
Esta es la primera reunión de delegados nacionales del DSA desde el inicio de la pandemia de coronavirus, la elección de 2020, las huelgas y protestas masivas de 2020-21 y la intentona golpista del 6 de enero por parte de Donald Trump. Seis meses desde que Biden asumió el cargo, el Partido Demócrata ha dejado en claro que está continuando las políticas sociales del Gobierno de Trump, eliminando las restricciones por COVID-19, haciendo eco de sus esfuerzos para culpar a China por la pandemia, bloqueando la entrada de los inmigrantes en EE.UU. y descartando cualquier expansión importante de los programas sociales.
El calendario y el proyecto de plataforma de la convención del DSA o bien ignoran estas cuestiones políticas fundamentales o las tratan como meras adiciones de poca importancia como parte de los esfuerzos de la organización para integrarse en las bancadas del Partido Demócrata en varias asambleas legislativas estatales y ayuntamientos.
El proyecto de plataforma política no incluye ninguna referencia a Joe Biden ni su Gobierno y apenas alude brevemente al Partido Demócrata. No realiza ninguna crítica de las políticas del Partido Demócrata en la Casa Blanca ni el Congreso. No menciona el “fascismo”, los esfuerzos de Trump de anular los resultados de la elección ni los eventos del 6 de enero, como si el intento de un presidente de levar a cabo un golpe de Estado no fuera importante. La única referencia a Donald Trump y el Gobierno de Trump fue para señalar el aumento en el número de miembros del DSA durante los últimos cuatro años.
El proyecto de plataforma solo hace una mención breve de la pandemia de COVID-19, afirmando que el virus “a matado a cientos de miles de personas”. De hecho, la pandemia se ha cobrado mucho más de 4 millones de vidas en todo el mundo y probablemente más de un millón en EE.UU., de acuerdo con las muertes en exceso. El proyecto de plataforma no hace ninguna crítica de las políticas de la clase capitalista en respuesta a la pandemia, las cuales han consistido en sacrificar las vidas de los trabajadores en aras del lucro capitalista.
En contraste, el borrador de la plataforma presenta varias propuestas de pequeñas reformas electorales, incluyendo cambios en las maniobras obstruccionistas del Senado, la incorporación de más jueces federales, la limitación del término de los jueces del Tribunal Supremo y la aprobación de varios proyectos de ley patrocinados por los demócratas sobre el voto (proyectos que languidecen en el Senado, controlado por los demócratas). Hay docenas de referencias a la política de identidad de la clase media, incluidas 13 referencias al “género” o al “feminismo”, ocho al “sexo” y más de 10 a la “raza”, además de 11 al color de la piel “negra” y 12 al “blanco”.
El itinerario de la convención incluye cuatro sesiones para discutir las tácticas para campañas electorales en el Partido Demócrata, incluyendo una titulada “Utilizando el cargo electo para construir el socialismo.” Hay tres segmentos dedicados a la religión, incluyendo “¿Qué pueden ofrecer las tradiciones religiosas a la izquierda?”, una sesión en la que se enseña a los miembros a arreglar las luces de los frenos de los coches, y ninguna sesión con títulos que hagan referencia a Trump, el Partido Demócrata, el imperialismo o la guerra.
La dirección del DSA no puede comprometerse a tomar ninguna postura clara sobre cuestiones políticas en la plataforma porque hacerlo expondría la contradicción en el seno de la organización: La dirección del DSA busca mantener el apoyo cada vez mayor al socialismo atrapado dentro del capitalista e imperialista Partido Demócrata.
Esta dinámica política se ve confirmada por el papel desempeñado por el DSA y los funcionarios electos respaldados por el DSA, que la organización promueve como prueba del éxito de sus esfuerzos para presionar al Partido Demócrata hacia la izquierda. El borrador de la plataforma cita el éxito de “las dos campañas presidenciales socialistas democráticas de Bernie Sanders”, así como “las victorias electorales de la clase trabajadora en todos los niveles de gobierno”.
El borrador de la plataforma no intenta analizar la experiencia de la campaña de Sanders porque hacerlo requeriría reconocer que las campañas de Bernie Sanders no resultaron en ningún cambio hacia la izquierda en la política burguesa estadounidense, sino hacia la derecha. Sanders obtuvo casi 10 millones de votos en las primarias del Partido Demócrata de 2020 solo para abandonar la carrera y apoyar a Biden en abril. ¡Su campaña no resultó en una “revolución política” sino en la elevación de Sanders a la presidencia del comité del Senado que supervisa el presupuesto del Estado capitalista!
En las elecciones generales de 2020, Sanders, la demócrata neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez (miembro del DSA) y la mayoría de la dirección del DSA hicieron una campaña activa a favor del derechista Biden, un representante de los bancos, los militares, las compañías de tarjetas de crédito y el complejo industrial carcelario. La prensa corporativa está ahora aplaudiendo los esfuerzos de Sanders para apuntalar el Gobierno de Biden, alabando su giro hacia lo que llaman un enfoque “pragmático”.
Esta semana, Sanders ayudó a aprobar forzosamente un paquete de infraestructura conservador en el Senado con el apoyo de los republicanos. Después de votar a favor de la Ley CARES —un regalo multimillonario para las empresas— en marzo de 2020, Sanders bloquea ahora los llamamientos a gastar varios billones en un programa de empleo o en programas sociales para abordar la pobreza y la desigualdad. El exasesor principal de Barack Obama, David Axelrod, dijo a Politico que Sanders se ha vuelto “pragmático en una forma de principios”. Politico informó que cuando se le preguntó si Sanders se ha vuelto más conservador, el senador demócrata moderado Brian Schatz “ofreció un 'sí' breve como respuesta: 'No quiero meterlo en problemas'“.
The Associated Press también informó el miércoles de que la organización política de Sanders, “Nuestra Revolución”, “está experimentando un cambio de marca... En lugar de insistir en el 'Medicare para todos' —el distintivo plan de Sanders de salud universal financiado por el Gobierno— o en el Nuevo Pacto Verde que lucha contra el cambio climático, Nuestra Revolución se está centrando en las alternativas más modestas respaldadas por el presidente Joe Biden”.
El “Quad” de miembros del DSA en el Congreso ha desempeñado el mismo papel. Los demócratas de Nueva York y miembros del DSA, Jamaal Bowman y Ocasio-Cortez, se reunieron con el candidato demócrata conservador a la alcaldía de Nueva York, Eric Adams (un expolicía), la semana pasada. Bowman, hablando junto a Ocasio-Cortez, dijo que fue “una buena reunión”, y añadió: “No se trata de ideología o partido, todas esas tonterías. No estamos hablando de eso”.
Mientras los líderes del DSA hacen llover elogios sobre el ala derecha del Partido Demócrata, la derecha responde dejando en claro que no hará ninguna concesión al DSA en materia de política. Eric Adams y Biden denunciaron recientemente el socialismo, y Biden dijo: “El comunismo es un sistema fracasado, un sistema universalmente fracasado. Y no veo al socialismo como un sustituto muy útil, pero esa es otra historia”. Al tiempo en que denuncia el ala izquierda de su propio partido, Biden llama a promover a los republicanos. “Necesitamos un Partido Republicano”, dijo días después de que los republicanos respaldaran el intento de golpe de Estado de Trump en enero. “Necesitamos una oposición con principios y fuerte”.
La convención del DSA también tiene como objetivo promover la burocracia de la AFL-CIO, y en el anuncio de oradores figura la miembro del DSA y presidenta del sindicato de azafatas, Sara Nelson. El DSA y el Partido Demócrata son claramente conscientes de la creciente rebelión entre los trabajadores contra la burocracia de la AFL-CIO y presentan a los sindicatos como meras víctimas de “medidas antisindicales”, en lugar de ser cómplices de medio siglo de traiciones a la clase obrera. El proyecto de plataforma presenta la ola de huelgas salvajes de maestros de 2018 como un “movimiento de reforma sindical”, no como una rebelión de las bases contra las burocracias sindicales. El proyecto de plataforma se propone ampliar el control de la AFL-CIO sobre la clase obrera, particularmente a través de la promoción de la Ley PRO.
Mientras tanto, el DSA y sus publicaciones asociadas, incluyendo la revista Jacobin, guardaron un silencio completo sobre la huelga de trabajadores de Volvo en Dublín, Virginia, la cual trascendió como una rebelión de las bases contra la traición del sindicato United Auto Workers (UAW).
La convención se produce cuando el propio DSA está sumido en una crisis interna. Su conducción, compuesta por personas como el antiguo integrante del Comité Nacional Demócrata, David Duhalde, es visto de forma cada vez más antagonista por parte de los miembros de base que están auténticamente interesados en el socialismo y en romper con el Partido Demócrata.
Miles de miembros del DSA respondieron con enojo cuando Ocasio-Cortez le dijo a la revista Democratic Left del DSA en marzo que el Gobierno de Biden y los demócratas en el poder “se están reinventando a ellos mismos completamente en una dirección mucho más progresista” y que las presiones desde abajo habían causado “un cambio casi radical” en la cúpula demócrata. Ocasio-Cortez atacó a los oponentes socialistas del Gobierno de Biden como “actores de mala fe” que son “privilegiados” y racistas. Recurriendo a las raíces anticomunistas en el shachtmanismo [referente a Max Shachtman] del DSA y su fundador, Michael Harrington, Ocasio-Cortez denunció a los “esencialistas de clase” acusándolos de “no priorizar los derechos humanos”.
Cuando el World Socialist Web Site expuso la entrevista de Ocasio-Cortez en un artículo leído por más de 100.000 personas, incluyendo miles de miembros del DSA, una sección de la dirigencia del DSA inició una campaña de burlas sobre el asesinato estalinista de León Trotsky y minimizar los crímenes del estalinismo. El 22 de mayo, el presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, David North, escribió una carta abierta a la directora política del DSA, Maria Svart, exigiendo que la organización castigara a todos los responsables, pero Svart se rehusó a responder a la carta. Varias ramas del DSA obstaculizaron solicitudes por parte de sus propios miembros de una discusión democrática al respecto.
En medio de muertes masivas, una intensificación explosiva de la lucha de clases, la crisis climática cada vez más urgente y el peligro de guerra y el fascismo, el DSA desempeña un papel central en la dinámica farsesca de la política capitalista. El DSA apuntala el Partido Demócrata, una institución de 200 años de reacción imperialista global, que a su vez apuntala a los republicanos como una fuente necesaria de estabilidad social. Los republicanos luego se inclinan cada vez más en Trump como el representante de la “ley y el orden” y el guardián de las ganancias corporativas. Como resultado, toda la élite política, incluyendo consigo el DSA, da bandazos hacia la derecha. A todos los revolucionarios, el DSA es un ejemplo de todo lo que el socialismo no es .
(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de julio de 2021)