Durante los últimos meses, la organización Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, según sus siglas en inglés) ha estado envuelta en una controversia interna sobre las acciones del congresista Demócrata neoyorquino y miembro del DSA Jamaal Bowman.
El 25 de septiembre, Bowman votó a proveer al ejército israelí $1,1 mil millones por su programa de armamento llamado “la Cúpula de Hierro” además de la financiación de $3,3 mil millones al ejército israelí a favor de la que Bowman votó previamente en julio. Menos de dos semanas después de su segundo voto sobre la Cúpula de Hierro, Bowman viajó a Israel y visitó al primer ministro ultraderechista Naftali Bennett, como una parte de la delegación del Partido Demócrata.
La solidaridad abierta de Bowman con crímenes de guerra israelíes provocó unas críticas de miembros del DSA, que empezaron a circular una petición pidiendo su expulsión del DSA.
Después de un proceso largo de “discusiones” con Bowman, el Comité Político Nacional del DSA (NPC, por sus siglas en inglés) emitió una declaración el 2 de diciembre en que declaraba que no lo expulsaría.
La declaración del NPC inició por reconocer la validez de algo que es básicamente el apoyo de uno de sus miembros por crímenes de guerra. Afirmó que “no se puede excusar la decisión de Bowman de aumentar la financiación del ejército israelí cuando previamente se comprometió a recortar la ayuda militar estadounidense y las ventas de armas a países que llevaban a cabo violaciones sistemáticas de los derechos humanos, ni por su participación en un viaje con fines de propaganda a Israel, que busca legitimar un Estado de apartheid”.
En cuanto a las fotos de Bowman con Bennett, el NPC escribió que el primer ministro israelí era “un racista sin remordimientos y criminal de guerra que infamemente ha dicho, ‘He matado a muchos árabes en mi vida –eso no es un problema’”.
Todo esto es un mero prefacio para la conclusión del NPC de que no se tomarían ningunas medidas disciplinarias. La declaración luego proveyó una serie de excusas para acciones que acababa de declarar “inexcusables”.
Primero el NPC justificó la podredumbre de Bowman por referirse a la podredumbre de otros políticos respaldados por el DSA. “Bernie Sanders”, escribieron, “a quién el DSA apoyó dos veces, ha encabezado conferencias de gran repercusión de J Street [un grupo de presión israelí], y no ha adoptado la posición del DSA sobre Palestina”.
Se puede añadir, aunque el NPC no lo hace, que Sanders ha acumulado un registro extensivo de defender el imperialismo estadounidense, incluido el apoyo por la intervención estadounidense en 1993 en la guerra civil en Somalia, la guerra aérea de la OTAN contra Serbia en 1999, y la invasión de 2001 de Afganistán. Durante su última campaña para la presidencia, Sanders dijo que se sentía que “algunas guerras son necesarias”. En una reunión pública en 2014, Sanders infamemente hizo callar con gritos a un manifestante antibélico que desafiaba el apoyo de Sanders por Israel mientras ese país estaba en el medio de cometer crímenes atroces contra la población palestina.
Luego el NPC aseguró a miembros del DSA preocupados por las acciones de Bowman que el político estaba demostrando “un cambio considerable” y que él “podía jugar un papel vital en la lucha por la liberación palestina por vincularla con movimientos de liberación más cercanos”. La declaración puso el énfasis en el hecho de que Bowman es afroamericano, en consonancia con la promoción por el DSA y el Partido Demócrata de la política identitaria para dividir la clase obrera.
El NPC omitió la declaración más relevante de Bowman a este respecto, es decir, sus elogios al criminal de guerra estadounidense Colin Powell tras su muerte en octubre: “Como un hombre negro que trata de entender el mundo, Colin Powell era una inspiración. …Descanse en poder, señor”.
Así, solo nos queda la conclusión de que, mientras que Bowman puede haber cometido graves 'errores' al ayudar a proporcionar miles de millones de dólares a los militares israelíes para masacrar a los trabajadores y jóvenes palestinos, y mientras se ha solidarizado a un criminal de guerra, los miembros del DSA deben calmarse porque está cambiando su punto de vista.
La declaración del DSA fue precedida por un artículo en la revista Jacobin del 24 de noviembre, que, en todo caso, es aún más descarado en su sofisma. El artículo, titulado “No, el DSA no debe expulsar a representante Jamaal Bowman” por Hadas Thier, argumenta que los miembros del DSA “tienen que reconocer que todavía estamos en una posición relativamente débil” y por eso expulsar a Bowman dañaría el DSA porque distanciaría la organización del establishment político.
“Una respuesta precipitado”, continuó el artículo, significaría “descartar o expulsar a aliados políticos que no se alinean completamente con nosotros nos limitaría a la marginalidad continua de la política de puridad”. Uno podría preguntar a los editores de Jacobin: Si no el apoyo abierto por crímenes de guerra israelíes, ¿qué tendría que hacer un miembro del Congreso para merecer su expulsión de esta organización ostensiblemente socialista?
Cuando Jacobin habla de la “política de puridad”, no tiene en cuenta ningún compromiso a principios socialistas, principios que Jacobin no tiene de ningún modo. Su preocupación sobre la “marginalidad” no se trata de ser “marginalizados” de las masas de la población sino de posiciones dentro del establishment político.
Continuó, “El hecho de que Bowman, así como AOC, siguen reuniéndose e interactuando con el DSA y otras organizaciones de activistas es un testamento del hecho de que valoran estas relaciones y sus posiciones políticas”. Es decir, no significa nada si Bowman apoya los crímenes de guerra de Israel y del imperialismo estadounidense, siempre y cuando todavía esté “reuniéndose con” el DSA.
“Personajes políticos nacionales como Bowman o AOC puedan ser miembros del DSA, pero sus afiliaciones no son estrictas”, afirmó el artículo. “Ninguno de los dos se dependerá en DSA para ser reelegido”. Si aceptamos esto, ¿qué exactamente está haciendo el DSA? Su estrategia política entera se basa en la afirmación falsa de que elegir a individuos como Bowman y Ocasio-Cortez pueda ayudar empujar al Partido Demócrata a la izquierda.
Pero cuando estos personajes hacen lo que inevitablemente harán y exponen su papel derechista, Jacobin se levanta las manos y dice: “Pues, no hay nada que podemos hacer, somos demasiado pequeño, y no se dependen de nosotros. Mejor no asustarlos”.
En realidad el DSA no está buscando “presionar” al Partido Demócrata a hacer nada, sino busca canalizar a los jóvenes y trabajadores de vuelta al Partido Demócrata y apuntalar el apoyo al capitalismo y al imperialismo. A cambio de los servicios prestados, la dirección del DSA, compuesta por sectores privilegiados de la clase media alta y que habla en su nombre, busca 'un asiento en la mesa', es decir, puestos y, sobre todo, recursos financieros.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de diciembre de 2021)
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