La oposición cada vez mayor de los trabajadores de base a los despidos masivos en las fábricas de la transnacional de autopartes Dana Inc. en Estados Unidos es un importante episodio en la contraofensiva global emergente de la clase trabajadora.
En las últimas dos semanas, los trabajadores de las plantas de autopartes de Dana en EE.UU. han utilizado el World Socialist Web Site para poner al descubierto sus condiciones laborales, que se asemejan a las del siglo diecinueve.
Varios trabajadores, con muchos años de antigüedad e historiales limpios, reportaron ser despedidos súbitamente, dejándolos a su suerte en la peor crisis del coste de vida en décadas. Los trabajadores dicen que están siendo despedidos por denunciar violaciones contractuales, manifestar preocupaciones de seguridad, protestar el impago de salarios y reportar acoso sexual por parte de sus superiores.
Los despidos han devastado las vidas de muchos trabajadores y sus familias. Cuando Dana Inc. le paga a su director ejecutivo $14 millones al año y entrega $57 millones en dividendos anuales a sus adinerados accionistas, los trabajadores automotores informan que sus autos están siendo embargados, que podrían perder sus casas y que sus niños pequeños están comiendo frijoles enlatados y viéndose privados de atención médica. Esta es la realidad bajo el capitalismo.
Docenas de trabajadores han reportado ser despedidos sin advertencia ni procedimientos disciplinarios o por agravios. Los trabajadores indican que la empresa los está despidiendo por medio de artimañas, incluso haciendo que los supervisores les ordenen a los trabajadores que escriban que llegaron al trabajo a cierta hora para luego utilizarlo para despedirlos por “mentir en los documentos de la empresa”. Dana no ha respondido a varias peticiones de comentarios o aclaraciones.
La lucha de los trabajadores de Dana pone de manifiesto muchas cuestiones críticas.
En primer lugar, la explotación extrema y la victimización de los trabajadores está siendo impulsada por las demandas del mercado capitalista y la clase gobernante. Dana es una transnacional con más de 100 fábricas en todo el mundo. Debe aumentar la explotación porque las mayores corporaciones globales automotrices se lo exigen y Wall Street se lo exige a su vez a las empresas automotrices. Dana y todas las empresas están intentando obligar a la clase trabajadora a pagar por el coste cada vez mayor de los bienes, mientras aumenta los pagos a sus inversores.
La escalada del asalto a la clase obrera en casa va de la mano con la escalada de la guerra en el extranjero. Mientras se dice a los trabajadores de Dana que no hay dinero para garantizar sus necesidades básicas, la Administración de Biden, con el apoyo de ambos partidos políticos, propone el gasto militar récord de un billón de dólares para financiar la guerra contra Rusia y preparar la guerra contra China.
En segundo lugar, las condiciones en Dana demuestran que el aparato sindical del UAW no es nada más que una fuerza policial corporativa que vigila a la clase obrera.
Los trabajadores de Dana supuestamente están “representados” por el UAW, que en realidad es cómplice de los despidos masivos. Algunos de los trabajadores que han perdido su empleo pertenecen a la tercera o cuarta generación de miembros del UAW, cuyos abuelos y bisabuelos desafiaron a los matones de la patronal y de la Guardia Nacional para construir el UAW en primer lugar.
Muchos trabajadores informan que los funcionarios del UAW están ayudando a la empresa a identificar a los trabajadores militantes para despedirlos. Un testigo afirmó que los funcionarios del UAW en la planta de Dana en Toledo, Ohio, celebraron el despido de un trabajador, y la mayoría afirma que el UAW no ha hecho nada para luchar por sus demandas ni para ayudarles a recuperar sus puestos de trabajo. Para tener el privilegio de tal “representación”, los trabajadores pagan en promedio $800 al año en cuotas al UAW.
La burocracia del UAW está intentando apuntalar su legitimidad, la cual ha colapsado tras años de corrupción proempresarial, mediante unas “elecciones” sobre las que se negó a informar a los afiliados. Es difícil encontrar a un solo trabajador de Dana que supiera que tenía derecho a votar cuando el socialista de base Will Lehman fue candidato en la primera vuelta del otoño pasado.
En tercer lugar, la lucha en Dana demuestra que los trabajadores están empezando a tomar cartas en el asunto y a contraatacar. Los trabajadores de base, ayudados por el World Socialist Web Site, han formado un comité de base que exige la recontratación de todos los trabajadores despedidos. Pero como los trabajadores no quieren recuperar sus puestos de trabajo solo para enfrentarse a nuevos abusos, también exigen que las bases asuman el control democrático de los centros de trabajo, incluyendo de las contrataciones y los despidos en toda la empresa.
Su llamamiento no se dirige a los burócratas del UAW que los han ignorado durante tanto tiempo, sino a sus compañeros en Dana y otros lugares. Durante el fin de semana, los trabajadores de Dana llevaron a cabo una fuerte intervención en la planta vecina de Jeep-Stellantis en Toledo, logrando un amplio apoyo a su lucha. En septiembre expira el contrato de 150.000 trabajadores de Stellantis, GM y Ford. Actualmente, 5.000 trabajadores de Caterpillar están votando sobre un contrato en Illinois, y los contratos de cientos de miles de trabajadores de todas las industrias expiran este verano solo en EE.UU., incluyendo los de 350.000 trabajadores de UPS.
Por último, la lucha en Dana evidencia que las clases representan la división fundamental en Estados Unidos y en todo el mundo. Tras la publicación inicial sobre los despidos masivos de trabajadores predominantemente afroamericanos en la planta de Dana en Toledo, los trabajadores de la planta de Dana en Dry Ridge, Kentucky, predominantemente blancos, escribieron al WSWS para denunciar condiciones similares.
La lucha emergente está uniendo a trabajadores de todas las edades, nacionalidades y orígenes, desafiando los esfuerzos de la patronal y del UAW para enfrentar a los trabajadores entre sí en función de su clasificación laboral, orientación sexual, género, raza y origen cultural. La realidad es que, en muchos casos, los trabajadores blancos son despedidos por los representantes blancos de Recursos Humanos sin la representación de los funcionarios blancos del UAW, y en el mismo número de casos, los funcionarios negros del UAW ayudan a los representantes negros de Recursos Humanos a despedir injustamente a trabajadores negros.
La lucha de los trabajadores de Dana merece y requiere el apoyo de los trabajadores de todo Estados Unidos y de todo el mundo.
En una declaración sobre su misión publicada la semana pasada y distribuida en varias instalaciones en los últimos días, el Comité de Base de los Trabajadores de Dana declaró que su objetivo era ampliar la lucha más allá de Dana, unir a los trabajadores de base de todos los orígenes y abolir la burocracia del UAW. El comité forma parte de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB), la red mundial de las bases fundada en 2021.
La declaración dice que su propósito es “compartir nuestras historias personales con toda la clase trabajadora y pronunciarnos en nombre de aquellos que están demasiado intimidados para hablar por miedo a perder sus puestos de trabajo y sus medios de vida” y “quitar el poder de las manos que nos oprimen: Dana y el UAW, y colocar el poder en manos de los trabajadores en las plantas”.
Los objetivos del comité van más allá de las paredes de las fábricas de Dana o de las plantas de automóviles. Afirma que busca “luchar por un objetivo mucho mayor: la igualdad en el lugar de trabajo y en la sociedad en su conjunto. Este es un movimiento de toda la clase trabajadora”.
No se trata de una esperanza abstracta, sino de una necesidad estratégica. En Grecia, Francia, Sri Lanka, Reino Unido y docenas de países de todo el mundo están surgiendo huelgas y protestas contra la desigualdad desenfrenada y los aumentos masivos del coste de la vida, que han sido exacerbados por la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia.
Estados Unidos es el centro de la reacción imperialista mundial y la clase gobernante estadounidense esta empujando el mundo al borde de una guerra nuclear contra Rusia y China, en la medida en que intenta de forma temeraria salvar su decadente posición como potencia hegemónica mundial. La irrupción de la clase trabajadora estadounidense en el campo de batalla de la lucha de clases global ofrecerá una fuerza inconmensurable a los trabajadores en lucha en cada rincón del mundo.
El WSWS apoya completamente el Comité de Base de los Trabajadores de Dana. Urgimos a los trabajadores en EE.UU. y todo el mundo que compartan su declaración fundacional y den a conocer lo más ampliamente posible la lucha en Dana.
(Publicado originalmente en inglés el 12 de marzo de 2023)
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