Ha pasado casi una semana desde que expiró el contrato de 150.000 trabajadores de la Tres Grandes —GM, Ford y Stellantis— y desde que se ha vuelto claro que la huelga “ stand up ” (de levantamiento) convocada por la burocracia del sindicato UAW (United Auto Workers) es más una táctica para debilitar, dividir y aislar a las bases para imponer concesiones masivas que una “huelga”.
Cuando el 97 por ciento votó a favor de una huelga, los trabajadores automotores de base decidieron paralizar la producción y negarles a las empresas su trabajo y capacidad para generar ganancias. Tras décadas de concesiones impuestas por la patronal por métodos de “dividir y conquistar”, los trabajadores votaron a favor de hacer huelga juntos en las Tres Grandes, reflejando una conciencia cada vez mayor de que la fuerza de la clase trabajadora deriva de su unidad.
Sin embargo, la “estrategia” diseñada por Fain y el aparato del UAW esencialmente es una orden de “regreso al trabajo” disfrazada de “huelga”. Fue convocada en solo tres plantas de ensamble seleccionadas para tener el mínimo impacto en las líneas de producción y las ganancias de las empresas. Mientras algunos miles de trabajadores en las plantas en huelga tendrán que ver cómo sobrevivir con 500 dólares semanales en sueldo de huelga, las empresas seguirán enviando los vehículos en sus inventarios a las concesionarias, esencialmente dejando sus ganancias ilesas.
El aparato burocrático de los sindicatos, tanto en EE.UU. como en Canadá, está haciendo todo lo posible para bloquear una acción unificada y socavar la solidaridad de clase.
En Canadá, la dirección del sindicato Unifor prorrogó unilateralmente los contratos de casi 20.000 trabajadores que vencían el lunes por la noche, lo que provocó la ira de los trabajadores. Unifor anunció a última hora del martes que había llegado a un acuerdo provisional con Ford. En un claro indicio del carácter traicionero del acuerdo, Unifor ha declarado que los detalles se mantendrán en secreto hasta las reuniones de ratificación, sin dar tiempo a los trabajadores a estudiar seriamente el contenido del contrato que está tratando de imponer.
Unifor está trabajando en coordinación con el UAW y los Gobiernos de Biden y Trudeau. Existe la preocupación de que incluso una acción limitada en Canadá fomente las demandas de una huelga total entre los trabajadores estadounidenses.
Automotive News escribió el martes que una huelga en Canadá “tendría graves repercusiones en la cadena de suministro automotriz norteamericana, especialmente en la producción de las camionetas más vendidas de Ford”. A pesar de que los trabajadores canadienses y estadounidenses saldrían obviamente reforzados si hicieran huelga juntos, Unifor y el UAW actúan como si las luchas fueran separadas para aislar y dividir a los trabajadores.
En estos momentos, unos 134.000 trabajadores de Estados Unidos siguen trabajando sin contrato. Cada minuto que pasa, se les ordena a los trabajadores que actúen como rompehuelgas en contra de ellos mismos, acumulando bienes y a menudo haciendo horas extras obligatorias, que las empresas utilizarán como colchón en caso de que ellos también se declaren en huelga. Al trabajar sin contrato, los trabajadores también son vulnerables a represalias, como lo demuestran los reportes de que Stellantis despidió a 10 trabajadores en la planta de Warren Truck bajo pretextos inventados.
La huelga limitada ya está empezando a forzar despidos en las Tres Grandes y más allá, y éste es otro elemento crítico de la estrategia de la burocracia del UAW para debilitar la huelga. Ford despidió a 600 trabajadores de ensamble en la planta Michigan Assembly después de que los trabajadores de los departamentos de pintura y ensamble final fueran llamados a la huelga, y GM informa de que es probable que se produzcan despidos en la planta Fairfax Assembly en Kansas City, Kansas.
El UAW anunció que los trabajadores despedidos de las plantas que no están en huelga recibirán su sueldo de huelga, pero no ha anunciado ningún plan para colocar piquetes en estas instalaciones.
La estrategia del UAW también está dirigida a aislar a los trabajadores de las Tres Grandes de los trabajadores de autopartes, que son aliados fundamentales. No parece que se vaya a ofrecer el pago de huelga a los trabajadores de los proveedores de piezas, ni siquiera a los que también pertenecen al UAW.
Ayer, Dana Inc. despidió a su plantilla entera de la planta Toledo Driveline, que suministra ejes para los vehículos producidos en la planta Toledo Assembly de Stellantis, creando confusión entre los trabajadores, que no han oído nada del UAW sobre cómo se supone que sobrevivan durante esta farsa de “huelga”.
La estrategia del aparato del UAW está motivada por varios factores interrelacionados. Los intereses financieros del propio aparato son una consideración fundamental.
El UAW tiene un fondo de huelga de 825 millones de dólares, y los dirigentes sindicales han intentado justificar la naturaleza limitada de la huelga alegando que hay que “proteger el fondo de huelga.” Lo que esto significa en realidad es que la burocracia quiere gastar el dinero de las cuotas de los trabajadores en sus propios salarios, beneficios y privilegios, gastando lo menos posible en el sueldo de huelga.
Los 825 millones de dólares bastarían para mantener una huelga total durante tres meses. Pero esto es sólo una ínfima parte de los activos que la burocracia. El UAW podría poner a disposición de la huelga 750 millones de dólares en inversiones bursátiles y 218 millones de dólares en valores del Tesoro estadounidense, según las declaraciones federales de 2022 del propio UAW.
La burocracia paga 75 millones de dólares en salarios a sus funcionarios cada año, lo que añadiría 1,5 millones de dólares al fondo de huelga cada semana y cubriría el sueldo de huelga para 3.000 trabajadores. El UAW podría utilizar sus 112 millones de dólares en activos fijos (incluidos los edificios del UAW y el complejo turístico de Black Lake) para conseguir un préstamo masivo y prolongar la huelga durante meses más. Podría hacerlo incluso aumentando sustancialmente el sueldo de huelga, hasta el 70 por ciento o el 100 por ciento de los salarios.
Más allá de esto, las burocracias sindicales de todo EE.UU. tienen enormes recursos para poner a disposición de la huelga automotriz. En 2020, los trabajadores de EE.UU. pagaron 15.500 millones de dólares en cuotas, pero los sindicatos pagaron menos en sueldos de huelga como porcentaje de sus activos que en cualquier año anterior registrado.
Los intereses financieros del aparato están relacionados con su papel como instrumento de la patronal y el Estado. El Gobierno de Biden ha mantenido conversaciones diarias con Fain y la burocracia del UAW. Le preocupa profundamente que, si la lucha de las bases se saliera del control del aparato, pondrá patas arriba la estrategia de guerra de la clase dominante estadounidense y alentará un movimiento mucho más amplio de toda la clase obrera.
¡Hay que repudiar la falsa estrategia de huelga de Fain y comenzar una huelga de verdad!
Incluso si aceptáramos la falsa afirmación de Fain de que este pellizco podría obligar a las empresas a ceder a las demandas de los trabajadores, ¿cuánto más se podría ganar con un paro en toda la industria? Habría más razones aún para movilizar a los trabajadores en una huelga total que ejerza el máximo de su poder lo más pronto posible.
Pero tal iniciativa debe partir de las bases, organizadas en comités independientes en cada lugar de trabajo.
Los trabajadores deben convocar reuniones de emergencia en sus locales, discutir un plan de acción común y aprobar resoluciones exigiendo un paro en las Tres Grandes y más allá. Deben establecerse redes de comunicación para coordinar con los trabajadores de empresas de todo EE.UU. En Canadá, los trabajadores deben hacer campaña para rechazar el acuerdo propatronal anunciado por Unifor y preparar una acción unida con los trabajadores al sur de la frontera.
Una lucha decidida ganará un enorme apoyo en el conjunto de la clase obrera. Existe una profunda solidaridad entre los trabajadores de la industria automotriz y todos los demás sectores y de todos los países, para una lucha común contra las empresas.
Ochenta y cinco mil trabajadores de la salud votaron en un 98 por ciento a favor de hacer huelga contra Kaiser Permanente este mes. Decenas de miles de trabajadores de la hostelería han votado a favor de una huelga contra los casinos de Las Vegas y Atlantic City. Continúan las huelgas de los trabajadores de UAW en Blue Cross Blue Shield de Michigan y Dometic en Pensilvania. Continúa la huelga de decenas de miles de actores y guionistas contra los gigantescos conglomerados del entretenimiento. Además, en las próximas semanas expiran los contratos de decenas de miles de trabajadores automotores y miembros del UAW.
Las bases tienen un enorme poder potencial. Para liberarlo, los trabajadores deben organizarse en todos los centros de trabajo para una huelga general.
(Publicado originalmente en inglés el 20 de septiembre de 2023)