El extraordinario llamado de Joe Biden al expresidente Donald Trump el jueves durante una visita a la frontera de EE.UU. con México en Brownsville, Texas, donde pidió al favorito republicano que se “unan” para librar una guerra bipartidista contra los inmigrantes, es la más reciente confirmación del carácter plenamente reaccionario de toda la élite política.

Echa por tierra la pretensión del Partido Demócrata y de la campaña de Biden de ser defensores de la democracia frente a Trump y su movimiento fascistizante MAGA. Biden siguió su llamado a unir fuerzas con Trump pidiendo a los republicanos de la Cámara de Representantes que aprueben 60.000 millones de dólares adicionales para la guerra por delegación de Washington contra Rusia en Ucrania.

Biden calificó su proyecto de ley contra inmigrantes, que fue aprobado por el Senado pero se mantiene estancado en la Cámara de Representantes, como “la ley de seguridad fronteriza más estricta, eficiente y eficaz que jamás haya visto este país”:

Entiendo que mi predecesor está hoy en Eagle Pass, así que esto es lo que le diría a Trump. En lugar de jugar a la política con este asunto, en lugar de decir a los miembros del Congreso que bloqueen esta legislación, únete a mí. O yo me uniré a ti para decirle al Congreso que apruebe este proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza.

Esto se produjo solo unos minutos después de que Trump, en Eagle Pass, Texas, defendiera la usurpación inconstitucional de la autoridad federal sobre la frontera por parte del gobernador de Texas, Greg Abbott. Trump aprovechó su visita a la frontera para repetir su afirmación de que Biden era cómplice de una “invasión” de inmigrantes en la frontera sur por parte de “alimañas”, que estaban “envenenando la sangre” del pueblo estadounidense. Trump describió gráficamente varias violaciones y asesinatos recientes presuntamente cometidos por inmigrantes para azuzar a los partidarios neonazis de la “Teoría del Gran Reemplazo”, de carácter antisemita.

En su discurso sobre la frontera, Biden no mencionó a los más de 850 migrantes que murieron intentando cruzar la frontera entre EE.UU. y México en el año fiscal 2022. La cifra marca el año más mortífero, según la Patrulla Fronteriza.

En cambio, Biden adoptó los argumentos antiinmigrantes de Trump, diciendo: “No podemos esperar más” para “proteger” la frontera.

El “proyecto de ley de seguridad fronteriza” que Biden quiere que Trump apoye prácticamente eliminaría el derecho de los inmigrantes a solicitar asilo en Estados Unidos. Ampliaría enormemente los centros de detención de inmigrantes y la policía fronteriza y otorgaría al presidente una autoridad ejecutiva sin precedentes para cerrar los puertos de entrada. Este asalto masivo a los derechos democráticos se utilizará inevitablemente para atacar a la clase trabajadora en su conjunto.

De hecho, la Administración de Biden ya está apoyando una caza de brujas bipartidista y mccarthista contra los estudiantes, trabajadores y figuras públicas que han denunciado el genocidio en Gaza y la complicidad estadounidense en los crímenes de guerra israelíes. Han sido objeto de la calumnia de que son “antisemitas” y se les ha prohibido participar en la vida universitaria o han sido despedidos.

En apoyo a la legislación, el Consejo Editorial del Wall Street Journal la describió en febrero como “la legislación migratoria más restrictiva en décadas”. El Journal observó que no contenía “nada para casi todos los Dreamers que fueron traídos aquí... cuando eran niños, ningún camino general hacia la ciudadanía ni visas de residencia”.

Hace menos de dos meses, el 5 de enero, Biden lanzó su campaña de reelección fuera de Valley Forge, Pensilvania –el histórico campamento del Ejército Continental durante el invierno de 1777-1778—, donde pidió a los estadounidenses que apoyaran su campaña para salvar la democracia de la amenaza única que representa el expresidente Trump. En enero, Biden proclamó que la “democracia” y la “libertad” estaban “en juego” y que él y el Partido Demócrata eran lo único que se interponía entre la “democracia estadounidense” y una dictadura. Dijo:

Hoy, les hago esta sagrada promesa. La defensa, protección y preservación de la democracia estadounidense seguirá siendo como hasta ahora la causa central de mi presidencia.

En respuesta, el WSWS escribió :

De hecho, la 'causa central' de la presidencia de Biden ha sido la expansión de la guerra imperialista. Incluso mientras hablaba, su secretario de Estado, Antony Blinken, estaba de camino a Oriente Medio para coordinar el genocidio estadounidense/israelí en curso en Gaza y la expansión de la guerra al Líbano, Yemen e Irán.

Washington está escalando simultáneamente su guerra por poderes contra Rusia en Ucrania, a pesar del creciente riesgo de un conflicto nuclear. En un intento por obtener el apoyo de los republicanos a la concesión de 61.400 millones de dólares adicionales para armas a Ucrania, Biden ofrece abolir de hecho el derecho democrático de los inmigrantes a solicitar asilo y adoptar la política fascista de Trump de deportaciones y detenciones masivas.

Mediante su llamamiento directo a Trump, Biden está haciendo dos cosas. En primer lugar, espera llegar a un acuerdo con los republicanos, totalmente en sus términos, lo que permitiría al presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, presentar un paquete militar de 95.000 millones de dólares previamente negociado que incluye más de 60.000 millones de dólares para la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia y otros 15.000 millones de dólares para la campaña israelí de limpieza étnica en Gaza.

En segundo lugar, busca superar a Trump en la cuestión de la inmigración, argumentando que Trump es el culpable de la “frontera rota” porque se niega a apoyar la legislación antiinmigración para aumentar sus posibilidades electorales en noviembre.

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En respuesta a la petición de Biden de que Trump colabore con él para atacar a los inmigrantes, el candidato del Partido Socialista por la Igualdad (Socialist Equality Party, SEP) a la presidencia de EE.UU., Joseph Kishore, emitió una declaración en Twitter/X el viernes que decía, en parte:

Por toda su palabrería sobre la defensa de la “democracia”, Biden y los demócratas aceptarán todo el ataque fascistizante de los republicanos contra los inmigrantes a cambio del apoyo bipartidista a la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia en Ucrania, que corre el riesgo de provocar una aniquilación nuclear. Por eso los demócratas se dedicaron a encubrir el golpe de Estado fascistizante del 6 de enero y por eso Biden insistió en la necesidad de un Partido Republicano “fuerte”. Los demócratas y los republicanos representan dos facciones reaccionarias de la oligarquía capitalista...

El apoyo de Biden al ataque de los republicanos contra los inmigrantes desenmascara a todos aquellos, como Alexandra Ocasio-Cortez[de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, sigla en inglés)], que afirmaron que apoyar a los demócratas era necesario para proteger a los inmigrantes. Ocasio-Cortez y DSA denunciaron la oposición socialista a Biden como “privilegiada”. En realidad, DSA no es más que un apéndice del Partido Demócrata.

La adopción de Biden de la política fascistizante de Trump contra los inmigrantes subraya que la defensa de los derechos democráticos de la clase obrera requiere una ruptura con el Partido Demócrata y la construcción de un movimiento socialista independiente de la clase obrera contra el sistema capitalista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de marzo de 2024)