En una de las mayores atrocidades de la guerra genocida de Israel en Gaza, tres misiles israelíes destruyeron un edificio de la escuela Al Tabain en la ciudad de Gaza en la madrugada del sábado. Unos 100 palestinos fueron masacrados en el ataque, aunque la cifra de muertes sigue aumentando a medida que los trabajadores de rescate remueven los escombros.
Este último asesinato en masa, aunque perpetrado por soldados israelíes, fue financiado, armado y justificado por los patrocinadores imperialistas de Israel, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.
La escuela Al Tabain, que albergaba a unas 6.000 personas desplazadas, se convirtió en la escena de una carnicería, con un video citado por The Guardian que muestra la “horrible pérdida de vidas, con partes del cuerpo, escombros y muebles destruidos esparcidos entre colchones empapados de sangre”. El personal médico todavía está tratando de identificar a las víctimas a partir de partes del cuerpo y cadáveres grotescamente desfigurados.
Un trabajador de rescate, Abu Anas, dijo a Associated Press que los misiles cayeron sin previo aviso. “Había gente rezando, había gente lavándose y había gente arriba durmiendo, incluidos niños, mujeres y ancianos”.
Muchos de los heridos, incluidos niños, tenían quemaduras graves en gran parte de su cuerpo, según Tayseer al-Tanna, cirujano del Hospital Al-Ahli en la ciudad de Gaza. Los médicos casi no tienen analgésicos para sus pacientes, dijo, y no tienen tiempo suficiente para esterilizar completamente el equipo ya usado en exceso entre las operaciones.
El director del hospital, Fadel Naeem, dijo a Associated Press: “La situación en el hospital es catastrófica, con una grave escasez de suministros médicos y recursos debido a la horrible masacre israelí, que ha resultado en numerosas amputaciones y quemaduras graves”.
La masacre de hombres, mujeres y niños en la escuela Al Tabain no es un incidente aislado, sino que forma parte de un patrón deliberado de genocidio. La mayor parte de Gaza se ha reducido a escombros, casi 40.000 personas han sido masacradas y prácticamente toda la población de 2,3 millones se ha convertido en refugiados, sin alimentos, agua potable ni vivienda digna. Muchos se han visto obligados a mudarse varias veces.
Las masacres como en la escuela Al Tabain se desarrollan día tras día, semana tras semana. Los asesinatos en masa y los crímenes de guerra en pro de los objetivos de la guerra imperialista se están normalizando.
Al menos 10 escuelas han sido bombardeadas desde principios de julio, incluidas cuatro en un período de solo cuatro días. La mayoría de los hospitales de Gaza han sido atacados. Aquellos que continúan operando se encuentran abrumados por las víctimas y privados de equipos médicos y medicamentos esenciales. El número de muertos incluye a trabajadores humanitarios, profesionales médicos y periodistas.
Los criminales de guerra israelíes justifican sus crímenes con el mismo ritual absurdo: la escuela/centro de refugiados estaba albergando a militantes de Hamás. El principal portavoz militar de Israel, Daniel Hagari, declaró que “no había mujeres ni niños” presentes en el edificio alcanzado por los misiles. La escuela era un centro de mando de Hamás, y el ataque mató a 20 militantes. Por supuesto, no se proporciona ni una pizca de evidencia.
Estas mentiras provienen de un régimen fascista que justifica la violación sexual en grupo de un preso palestino recluido en uno de sus centros de tortura. Un video filtrado el mes pasado de la violación de un hombre detenido en el centro de detención de Sde Teiman en el desierto del Néguev resultó en el arresto de 10 guardias-soldados pertenecientes a la Fuerza 100. El incidente fue tan brutal que el preso no pudo caminar y tuvo que ser hospitalizado.
La respuesta de los principales ministros fue solidarizarse con los soldados y exigir una investigación sobre cómo se filtró el video. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, responsable del sistema penitenciario, declaró que era “vergonzoso” que Israel arrestara a “nuestros mejores héroes”. Defendiendo la violación y la tortura, Hanoch Milwidsky, miembro del partido oficialista Likud de Benjamín Netanyahu, declaró que, para los militantes de Hamás, “¡todo es legítimo! Todo”.
La respuesta de Washington sigue a una farsa similar: expresiones vacías de preocupación seguidas de una defensa férrea del llamado “derecho a la legítima defensa” de Israel, una luz verde para continuar el genocidio. Después de la carnicería en la escuela Al Tabain, la vicepresidenta Kamala Harris lamentó el hecho de que “demasiados civiles” habían sido asesinados. Sin embargo, dijo: “Israel tiene derecho a perseguir a los terroristas de Hamás”, y luego añadió otro llamado vacío a un alto el fuego.
En realidad, el Gobierno de Biden respalda al régimen sionista hasta la empuñadura, proporcionando las armas, el dinero y el apoyo político para el genocidio en Gaza. Al menos uno de los tres misiles que alcanzaron la escuela era un misil Mk-84 de fabricación estadounidense. Las lágrimas de cocodrilo en Washington por la última atrocidad no pueden ocultar el hecho de que Netanyahu recibió un respaldo bipartidista cuando se pronunció ante el Congreso de los Estados Unidos, no solo para llevar a cabo la barbarie en Gaza sino por una guerra más amplia en Oriente Próximo.
El régimen israelí llevó a cabo inmediatamente dos asesinatos de alto perfil destinados a provocar un conflicto con Irán: el asesinato del principal comandante militar de Hezbolá, Fuad Shukr, en Beirut y, horas después, del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán. El refrán de Harris y Biden sobre la necesidad de reanudar las negociaciones y un alto el fuego en Gaza es una farsa dado que defienden el asesinato del principal negociador de Hamás.
La masacre en Gaza es una advertencia de lo que Israel, con el pleno respaldo de Estados Unidos y todos sus aliados, tiene planeado para la región en general. El imperialismo estadounidense está utilizando a Israel como su principal perro de ataque para provocar una guerra regional, sobre todo contra Irán, que Washington considera el principal obstáculo para lograr una dominación indiscutible.
Los crímenes del régimen israelí reproducen los crímenes del imperialismo estadounidense en sus guerras ilegales en Irak, Afganistán, Siria y Libia que han asolado países enteros, normalizado la tortura y provocado más de un millón de muertes. La matanza de civiles se justificó de manera similar, alegando que los “terroristas” son los culpables de usar a la población como “escudos humanos”.
Al no haber logrado ningún avance en tres décadas de guerras, Estados Unidos, que enfrenta profundas crisis económicas y políticas, se está preparando para un conflicto global del cual la guerra en el Oriente Próximo contra Irán es un frente. La guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania se está intensificando, mientras que los preparativos para el conflicto armado contra China, considerado por Washington como la principal amenaza para su hegemonía global, avanzan a un ritmo acelerado.
La amenaza que enfrenta la humanidad es un holocausto nuclear que replicaría la devastación perpetrada por Israel en Gaza pero a gran escala. Ni el genocidio en Gaza ni mucho menos el peligro de un conflicto global se pueden detener apelando a los mismos criminales responsables de la matanza. Lo que se debe construir es un movimiento unificado de la clase obrera internacional contra la guerra, que incluya tanto a los trabajadores israelíes como árabes y que se base en una perspectiva socialista para poner fin al sistema capitalista, que es la causa fundamental de la guerra.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de agosto de 2024)
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